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2018 AUTUMN

SPECIAL FEATURE

preludio a la paz:
la distensión intercoreana en la cultura popular
REPORTAJE ESPECIAL 1Imágenes de películas sobre las relaciones Norte-Sur

La política del Gobierno de Corea del Sur sobre las relaciones intercoreanas ha ido oscilando desde el día en que una tregua detuvo la guerra de Corea hace 65 años. Nada ha reflejado más palpablemente, y a veces más proactivamente, las continuas recalibraciones que la cultura popular, sobre todo las películas.

“Shiri” (1999), dirigida por Kang Je-gyu

“Secretly Greatly” (2013), dirigida por Jang Cheol-soo

“Área de seguridad conjunta” (2000), dirigida por Park Chan-wook

“Taegukgi: La Hermandad de la Guerra” (2004), dirigida por Kang Je-gyu

“Bienvenido a Dongmakgol” (2005), dirigida por Park Kwang-hyun

“The Berlin File” (2012), dirigida por Ryoo Seung-hwan

Efectivos del sur y del norte dejan de lado sus ideologías para detener conjuntamente la guerra nuclear en medio de un intento de golpe en Corea del Norte.

La historia de las películas coreanas se puede dividir en los años antes y después de “Shiri”. Dado que fue la primera mega producción de la industria cinematográfica coreana, estableció récords en asignación presupuestaria (3.100 millones de wones) y en espectadores (5.820.000 en todo el país, incluyendo 2.450.000 en Seúl). Antes de fijar ese récord en 1999, la única película que había atraído a un millón de espectadores en Seúl fue el drama musical “Sopyonje”, lanzado en 1993.
El éxito de la película “Shiri”, dirigida por Kang Je-gyu, mostró que había apetito por ver éxitos de taquilla de cosecha propia. Inició la producción de películas de gran presupuesto al estilo de Hollywood en Corea y transformó la producción de películas locales en una industria de rápido crecimiento.
¿Por qué “Shiri” tuvo un enorme éxito comercial? En pocas palabras, por su audaz exploración de las cambiantes relaciones entre las dos Coreas, pues fue la primera gran película coreana que abordó la delicada cuestión de cómo reunificar la península coreana.

Nuevos temas para un nuevo comienzo
“Shiri” (también escrito “Swiri”) alude a un pez que nada en aguas frescas conectando las dos Coreas. La película es un thriller de acción sobre la persecución de unos agentes durmientes norcoreanos que han aterrorizado a Corea del Sur durante seis años. El miembro más formidable del equipo es una asesina que se disfraza y se enamora de su principal adversario.
En el clímax, las dos Coreas se dedican a la diplomacia deportiva al llevar a cabo un partido de fútbol con los líderes de ambos bandos presentes. Los agentes durmientes, decididos a destrozar ese estado de ánimo favorable a la reconciliación, intentan volar el estadio. Su absoluto compromiso para derrocar al Gobierno del Sur encarna la tensión y la enemistad que impregnan la península coreana. Una mortífera batalla con armas concluye la película, pero en medio de ese derramamiento de sangre, el amor entre la asesina y su engañado perseguidor se confirma. Así pues, “Shiri” ofreció una visión alternativa sobre los norcoreanos como “personas coreanas”, no simplemente enemigos.
Los sueños sobre el fin de la guerra fría estuvieron cerca de convertirse en realidad al año siguiente. En un gesto espectacular, el presidente surcoreano Kim Dae-Jung viajó a Corea del Norte para reunirse con su homólogo, Kim Jong-il. Fue la primera cumbre intercoreana desde la división del país en 1945. Ese gesto en el año 2000 fue un rompehielos que anunció cambios radicales en el clima diplomático y político.
Apenas tres meses más tarde, la película “JSA” (siglas en inglés de “Área Común de Seguridad,” también conocida como Panmunjom) golpeó los cines y logró 2.510.000 espectadores solamente en Seúl. La cinta evidentemente se benefició del efecto generado por esa histórica cumbre. Dicha película giraba alrededor de un intercambio de disparos entre los guardas coreanos del Sur y del Norte en Panmunjom, como simbólico punto neutral entre las dos Coreas. Los investigadores se asombran al descubrir que había una comunicación secreta y que se habían producido encuentros amistosos antes del tiroteo. La sugerencia explícita para el público era la posibilidad de una menor confrontación a lo largo de la zona desmilitarizada, la frontera más ferozmente fortificada del mundo.
El estado de ánimo en Corea del Sur había cambiado desde la lucha en favor de la democracia del Movimiento de junio de 1987 y la inauguración del primer gobierno civil del país en 1993. La gente, por fin, podría disfrutar realmente de su libertad personal. Sin embargo, la década de 1990 no vio que las actitudes de los surcoreanos hacia Corea del Norte cambiaran apreciablemente. Los conservadores abogaban por la vigilancia y un enfoque intransigente, los progresistas defendían los puentes construidos sobre la cooperación y la confianza, y la industria del entretenimiento, siempre consciente de la Ley Anticomunista de Seguridad Nacional de 1948, continuó practicando la autocensura.
“Shiri” trató la cuestión intracoreana indirectamente a través de agentes asesinos infiltrados y una historia de amor entrelazada. En cambio, “JSA” fue aún más radical, retratando con sencillez la camaradería entre los soldados posicionados para matarse unos a otros en un momento dado. El director Park Chan-wook dijo por aquel entonces que “estaba preparado para ser arrestado por esa película”. Afortunadamente, el espectacular logro de la cumbre intercoreana poco antes de su lanzamiento sembró el escenario para una respuesta apasionada.

Un equipo de espías reúne inteligencia sobre las defensas norcoreanas antes del ‘Incheon Landing’.

Basada en hechos reales, narra la historia de una unidad de inadaptados entrenados para matar al líder norcoreano Kim Il-sung. Fue la primera película coreana que atrajo a más de 10 millones de espectadores.

Expansión del género
Después del año 2000, los estudios coreanos volvieron a la Guerra de Corea para lograr éxitos de taquilla. El énfasis cambió de los golpes anticomunistas y las muestras de potencia de fuego a las emociones, ideas y relaciones de los personajes, y produjeron una serie de éxitos de taquilla. El telón político de fondo era el gobierno del Presidente Roh Moo-Hyun, un político liberal que heredó la “Política de los rayos solares” de cooperación y reconciliación con Corea del Norte de su predecesor, Kim Dae-Jung.
En el año 2003, “Silmido” atrajo a once millones de espectadores, abriendo la era de las películas llamadas como “diez millones de ventas” para la floreciente industria cinematográfica de Corea. Basada en hechos reales, la película aclamada por la crítica resaltó las divisiones sobre cómo deben ser manejadas las relaciones intercoreanas.
Una unidad de marginados sociales, incluyendo a criminales, fue creada en abril de 1968 para asesinar al líder norcoreano Kim Il-Sung.

El proyecto respondía al fallido intento de Corea del Norte a principios de ese mismo año de asesinar al presidente de Corea del Sur en su residencia. El grupo, llamado Unidad 684, sufrió un entrenamiento brutal en la isla de Silmi, frente a la costa de Incheon. Pero la misión fue cancelada cuando las relaciones entre las dos Coreas mejoraron. En agosto de 1971, los miembros de la unidad mataron a sus guardianes, huyeron de la isla y secuestraron un autobús en dirección a Seúl. La mayoría de ellos murieron en un tiroteo con soldados del ejército. “Silmido”, dirigida por Kang Woo-Suk, retrató a los miembros de la unidad como peones en la acentuada división de opiniones sobre la política en relación a Corea del Norte dentro del Gobierno, y sus muertes como parte de un encubrimiento. Antes del estreno de la película, el público general desconocía la Unidad 684.
Al año siguiente, “Taegukgi: The Brotherhood of War”, dirigida por Kang Je-gyu, rompió el récord de taquilla de “Silmido”, con un recuento de casi doce millones de espectadores. A través de dos hermanos, la película representa cómo una familia de Corea del Sur fue destruida por la tragedia de la guerra. Endurecido y desilusionado, el hermano menor se cruza con el ejército norcoreano. Los hermanos terminan apuntando sus armas el uno contra el otro. En contraste con las películas anteriores donde los soldados norcoreanos eran siempre representados como “comunistas”, esta película intenta retratarlos como hombres jóvenes ordinarios, igual que a los soldados surcoreanos, y de hecho como hermanos. El mensaje tuvo éxito. El público lloró.
La película del año 2005 “Welcome to Dongmakgol” optó por un enfoque humanista de la guerra. Gira en torno a los soldados surcoreanos y norcoreanos y a un piloto estadounidense que termina en un pueblo de montaña llamado Dongmakgol, un pueblo tan aislado que sus habitantes ni siquiera saben que hay una guerra en curso. Después de destruir accidentalmente la reserva de alimentos de los aldeanos, los soldados se sienten obligados a ayudarles a sobrevivir al invierno. En el proceso, el odio retrocede y los soldados empiezan a tratarse unos a otros como amigos más que como enemigos. La película fue aplaudida por su temática y originalidad. Probó que incluso una fantasía cómica podía abordar un tema traumático e impresionar a los espectadores. Rompió un cuasi tabú.

Después del año 2000, los estudios de cine coreanos recurrieron a la guerra de Corea para lograr éxitos de taquilla. El énfasis de las películas pasó de los golpes anticomunistas y las muestras de la potencia de fuego, a las emociones, las ideas y las relaciones de los personajes.

Comercialización arrolladora
El rápido avance hasta 2010 y el ambiente político cambiaron con el conservador Lee Myung-bak como presidente. Lee fue un político radical en contra de Corea del Norte, que había continuado el desarrollo de armas nucleares durante los mandatos de Kim Dae-Jung y Roh Moo-Hyun. La “Política de los rayos solares” fue archivada. Las películas sobre las dos Coreas se centraban menos en hacer una declaración ideológica o filosófica favorable a la reconciliación. Se priorizó el éxito comercial, reflejando el tono establecido por Lee, un ex ejecutivo corporativo que se había erigido a sí mismo como “presidente económico”.
La película “A Better Tomorrow”, proyectada en 2010, fue modelada a partir de un clásico de Hong Kong del año 1986 del mismo título dirigido por John Woo. Esa versión se titulaba “Mujeokja” en coreano, con el sentido de una persona a la que nadie puede vencer, así como una persona sin país. Este drama de gángsters jugaba con la preconcepción y la fantasía de que todos los desertores norcoreanos son unas máquinas de matar.
La película “71: Into the Fire” ejemplifica la comercialización de las películas sobre la Guerra de Corea. El tema era la batalla del río Nakdong, una de las batallas más sangrientas de la guerra y un tema frecuente de las pasadas películas anticomunistas. Aunque no cortaba con el género anticomunista, la película no era tampoco antibélica. Podría describirse mejor como un espectáculo bélico completamente comercial.
La única película que tocó la cuestión intracoreana de una manera genuina durante el mandato de Lee fue “The Front Line”. Mostraba el control de un cerro estratégico que era perdido y recuperado repetidamente por las fuerzas surcoreanas y norcoreanas. Los retrocesos y los avances con un éxito de corta duración subrayaban la futilidad y la temeridad de la guerra.
Los agentes secretos fueron las estrellas de las películas del año 2013 con temática norcoreana. Era el primer año de la presidente Park Geun-hye, también conservadora. No se esperaba un acercamiento ablandado hacia Corea del Norte por parte de la hija de Park Chung-hee, el presidente de Corea del Sur en la etapa álgida de la Guerra Fría, que fue blanco del ataque de un comando del Norte en 1968 que inspiró el entrenamiento de la Unidad 684 en la isla de Silmi.
Las películas “Berlin” y “Secretly, Greatly” cosecharon 7.200.000 y 6.960.000 espectadores, respectivamente. Su éxito comercial estuvo vinculado a su fidelidad a la fórmula establecida. “Berlín” es la historia de un enfrentamiento entre espías norcoreanos y agentes operativos surcoreanos que trabajaban en Berlín. “Secretly, Greatly” es una comedia con un abigarrado grupo de espías guapos y jóvenes de Corea del Norte. Olvidados por el Norte, los espías se convierten en superhéroes en el Sur. Basada en un webcomic (webtoon) muy exitoso, la película fue igualmente un éxito aplastante.

Una de las películas más perspicaces durante la dura administración de Lee Myung-bak. La inutilidad y la imprudencia de la guerra destaca en la última batalla antes del armisticio de la Guerra de Corea.

Reflejando la línea dura de los conservadores, esta película describe el choque naval entre Corea del Norte y Corea del Sur en su frontera.

Para la generación adulta, la imagen de un espía norcoreano es la de un agente armado como Kim Sin-jo, que fue atrapado en un intento fallido de asesinato en 1968. Pero “Secretly, Greatly” indicaba lo mucho que esta percepción ha cambiado entre los jóvenes surcoreanos, ya que pueden imaginar a los espías norcoreanos como guapos galanes.
Las siguientes películas que trataban las relaciones Sur-Norte seguían orientándose comercialmente, adhiriéndose a los modelos del género. En estas películas, los soldados norcoreanos eran representados, de hecho, como “máquinas de matar”. Una característica notable era su inclinación conservadora, aunque no era un rasgo absolutamente anticomunista. Entre ellas, destacan las películas “Northern Limit Line” estrenada en el año 2015 y “Battle for Incheon: Operation Chromite” en el año 2016.
Basada en una batalla naval real entre Corea del Norte y Corea del Sur en junio de 2002 frente a la isla de Yeonpyeong en el mar del Oeste, “Northern Limit Line” llegó a los seis millones de espectadores. Una controversia sobre el control gubernamental del contenido precedió a la producción, ya que se esperaba ampliamente que la película adoptara un sesgo conservador. El resultado fue la prueba de que incluso la ideología podía ser comercializada. Los soldados fueron a ver la película en grandes grupos y el número de pantallas, 667 en el día del estreno, aumentó a 1.013 en los primeros cinco días, despertando acusaciones de monopolización de los teatros.
“Battle for Incheon” era, asimismo, una película comercial estructurada alrededor del conflicto entre progresistas y conservadores. El presidente de la compañía productora comentó en aquel momento: “Hice la película con el deseo de ver a la gente armarse mentalmente y ser consciente de la seguridad nacional”. La película mostraba la audaz apuesta de hacer aterrizar tropas de los Estados Unidos en Incheon durante la Guerra de Corea para cortar por la mitad la invasión de las fuerzas de Corea del Norte. En una escena, un oficial del ejército norcoreano apunta el arma hacia su familia porque no comparte su perspectiva ideológica. Este oficial es representado como el epítome de la maldad. En contraste, el general Douglas MacArthur de los Estados Unidos es tratado como un ser divino. Más que en la miseria de la guerra, la película se centraba en la catarsis por los vencedores. Debido, obviamente, a la comercialización de la ideología y el espectáculo de la guerra, la película atrajo a siete millones de espectadores.

Imaginación cinematográfica y realidad
La confrontación y la cooperación exploradas por las películas reflejan los enfoques de los gobiernos conservadores y progresistas, respectivamente. A su vez, las opiniones y los valores destacados en la gran pantalla impactaron en las actitudes de los surcoreanos hacia Corea del Norte, en cómo debe percibirse y manejar esa relación.



Películas indie sobre desertores norcoreanos

La virtud de las películas independientes es su tratamiento honesto de temas que son ignorados en las ofertas comerciales. Un puñado de películas indie sobre desertores norcoreanos exploran los problemas a los que se enfrentan al intentar asimilarse en una Corea del Sur capitalista.

Esta película yuxtapone las realidades que enfrentan dos mujeres, un desertor norcoreano que lucha por instalarse en el sur y una mujer surcoreana que sufre bajo las convenciones patriarcales.

Lanzada a finales de 2017, “The Namesake” presenta a dos mujeres con el mismo nombre, que pronuncian de manera distinta por la diferencia lingüística entre las dos Coreas.
Ryeon-hui es un alma con cicatrices tras haber perdido a su hija al huir de Corea del Norte. Huyó porque era demasiado difícil sobrevivir allí, pero comprende que la vida en la sociedad de Corea del Sur no es fácil. Ryeon-hui suple sus necesidades vitales trabajando a tiempo parcial en una tienda de conveniencia. Allí, debe soportar a los clientes y a los compañeros de trabajo que la miran con superioridad, una experiencia típica de los desertores norcoreanos en el Sur.
La vida de Yeon-hui también es difícil. Su “huida” fue una fuga de casa, para alejarse de su violento padre. Ella encuentra que el mundo es un lugar frío. Está embarazada, pero no sabe quién es el padre.
El cartel de la película dice: “Una mujer que huyó de su casa. Una mujer que huyó de su país”, comparando el destino de las desertoras norcoreanas con el destino de las mujeres surcoreanas que viven en una sociedad patriarcal.

Ryeon-hui atrapa a Yeon-hui tratando de robar un kimbap (cuña de arroz envuelto en algas) de la tienda. Ese primer encuentro conduce a una nueva amistad justo antes de que Yeon-hui dé a luz, y Ryeon-hui finalmente comience a liberarse de la recurrente angustia por la pérdida de su hija.
La película muestra cómo dos mujeres se reúnen en diferentes estados de aislamiento y forman un vínculo para superar sus problemas. A través de su encuentro, también se superpone la cuestión de los desertores norcoreanos con los temas de género que han llegado recientemente a la opinión pública en todo el mundo.
“Myung-hee”, que causó una sensación menor cuando fue presentada en el Festival de Cortometrajes de Mise-en-Scene en 2014, aporta un enfoque diferente del tema siguiendo la vida diaria de un desertor norcoreano con estilo al. Es común en casi todas las películas de desertores la descripción de una fuga espantosa y de un viaje arriesgado a Corea del Sur. Sin embargo, esta película simplemente muestra a una mujer que se ha convertido en parte de la sociedad surcoreana.
La película comienza con una escena bastante normal, una clase de ejercicio físico. Myung-hee, arrastrada allí por una amiga, se encuentra y se hace amiga de Su-jin y pronto comienza a ir a su tienda de ropa todos los días para ayudarla. Ella no pide ni espera que le pague.
Para Myung-hee, no ser compensada por su trabajo no es un problema. “En el norte, teníamos que salir afuera y romper piedras en pleno invierno”, dice con respecto a su trabajo en la tienda como un simple acto de amistad. Pero como otros lo ven, ella no conoce el concepto de economía. En la capitalista Corea del Sur uno es naturalmente pagado por su trabajo. Así pues, Myung-hee empieza a ver las cosas de manera diferente cuando sus amigas le preguntan: “¿Eres la esclava de Su-jin?”.

La cinta muestra el conflicto entre un desertor norcoreano y las personas a su alrededor, que surge de las diferencias en su forma de pensar y de su concepto de la economía.

Ganadora de varios premios internacionales de cine, esta película arroja luz sobre la difícil situación de los desertores norcoreanos desde una perspectiva neorrealista.

El punto culminante llega cuando Myung-hee, finalmente, estalla delante de sus amigas: “Arriesgué mi vida para venir aquí, pero no vine para ser tratada así por vosotras”. Esta declaración directa contiene una crítica al desprecio tácito y la compasión con la que los desertores norcoreanos son tratados en el Sur.
También destaca la cinta “The Journals of Musan”, que obtuvo 16 premios en varios festivales internacionales de cine. Entre ellos se encuentran el Tiger Award y el International Federation of Film Critics Award en el Festival Internacional de Cine de Rotterdam, y el Grand Prize del Festival Internacional de Cine Andrey Tarkovsky en Rusia, y también en el Festival Internacional de Cine Asiático Reel de Toronto. Al explicar la unánime decisión de premiar la película “The Journals of Musan” con su mayor honor, el jurado de Toronto alabó la intensa y honesta preocupación del protagonista por la supervivencia, y la forma en la que la cruda pero cdora historia de un norcoreano revela la noble lucha de un ser humano tratando de encajar en un nuevo ambiente.
Los elogios internacionales cosechados por “The Journals of Musan” se pueden atribuir a su visión neorrealista del mundo. Mientras registra ostensiblemente la lucha diaria por la supervivencia librada por Jeon ­Seung-cheol, un desertor de Musan, en la provincia de Hamgyong del Norte, la película arroja más luz sobre la realidad a la que se enfrenta. Es decir, ilumina las penurias de los que están en los márgenes de la sociedad surcoreana porque son pobres o no tienen bienes. Musan es el nombre de la ciudad natal del protagonista, pero musan en coreano también significa “no tener ningún bien”.
Seung-cheol, que vive día a día pegando carteles en paredes, tiene pocas esperanzas de una vida mejor. Expuesto diariamente al maltrato verbal y físico, su vida en Corea del Sur sigue siendo una peligrosa prueba de supervivencia. Su único mínimo alivio es la iglesia, donde todos son considerados hijos de Dios, y un cachorro abandonado, cuya suerte en la vida es muy parecida a la suya.
Kim Man-cheol, un norcoreano que escapó al Sur con su familia en un pequeño barco en 1987, dijo en una rueda de prensa poco después de llegar que había navegado hacia “un país cálido en el sur”. Pero no es un país tan cálido el que acoge a Seung-cheol, ya que lo que le aguarda es una realidad arenosa y una lucha incansable por la supervivencia.

Jung Duck-hyunCrítico de cultura pop

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