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Tales of Two Koreas > 상세화면

2019 WINTER

Capacitar jóvenes para la reunificación

El padre Ben Torrey prepara a los jóvenes surcoreanos para una efectiva reunificación con Corea del Norte. Su misión, a través de la oración y el trabajo, mantiene una conexión de más de 100 años entre su familia estadounidense y Corea.

El padre Ben Torrey, rebautizado como Dae Young-bok en honor a su padre, Reuben Archer Torrey III, quien se hacía llamar Dae Chon-dok. El padre Torrey y su esposa se mudaron a Corea en 2005. Actualmente, se enfoca en educar “agentes para la reconciliación y la unificación” en preparación para la reunificación coreana, mientras lleva a cabo el proyecto “Cuarto río”.

En lo alto del monte Taebaek, en la provincia de Gangwon, la cuenca de Samsuryeong (literalmente, “Paso de tres aguas”) alimenta tres corrientes fluviales con dirección este, oeste y sur. Mientras, en tierra firme, crece un muy distinto afluente en la dirección restante: el norte. Es el proyecto autodenominado “Cuarto río” por el padre Ben Torrey, como metáfora de corriente que fluye desde el sur y navega hacia la reunificación de la península de Corea.

El padre Torrey está convencido de que los surcoreanos de entre 20 y 30 años, los millenials, verán la reunificación de las dos Coreas en algún momento de su vida. También considera que están lejos de estar preparados. Por tanto, desde 2010, impulsa ese “Cuarto río” para dotar a esa generación de habilidades y conocimientos, de cara al renacer de una Corea reunificada.

Este proyecto tiene su base en el Centro Samsuryeong, en Taebaek, otrora floreciente ciudad minera de carbón, a unos 200 kilómetros al sureste de Seúl. Dicho centro incluye la Escuela Río de la Vida, un centro alternativo de educación secundaria, y el Centro Juvenil Tres Mares.

La escuela, administrada por Liz, la esposa del padre Torrey, se enfoca en cultivar “agentes de reconciliación y reunificación”. A los alumnos se les enseña la importancia de la cooperación y de ayudar a los demás, marcando una significativa distancia con la competitividad generalizada de las escuelas coreanas estándar. En tanto, el centro juvenil es para estudiantes de secundaria y universitarios, y su objetivo es cultivar su espíritu y desarrollar su condición física.

“Es aún más importante capacitar a los jóvenes como los futuros líderes que este país necesitará, en un momento en que se espera que Corea emerja en la comunidad internacional como un poderoso país reunificado”, afirma el padre Torrey.

“Por supuesto, Corea del Sur está repleto de jóvenes brillantes. Pero desafortunadamente carecen, no solo de interés, sino de comprensión hacia los jóvenes de Corea del Norte”, continúa. “Incluso después de que las dos Coreas logren reunificarse, surgirán problemas en el proceso de integración de dos sociedades tan distintas, o riesgos derivados de las diferencias entre sus cosmovisiones, valores, cultura y uso del lenguaje. Por eso hemos de prepararnos desde ahora, aprovechando las lecciones de la reunificación alemana y del colapso del Muro de Berlín. Debemos prepararnos cuidadosamente para estos problemas ahora. El Proyecto Cuarto Río tiene esa única misión”.

El padre Torrey da una clase en la sala de la capilla del Centro Samsuryeong, en Taebaek, antiguamente un pueblo minero de gran auge en la provincia de Gangwon.

El Padre Torrey explica a los alumnos el significado de la cuenca de Samsuryeong (“Paso de Tres Aguas”), donde nacen las corrientes que fluyen hacia este, oeste y sur.

Legado familiar

El padre Torrey es la cuarta generación de la familia Torrey conectada con Corea. El reverendo Reuben Archer Torrey, Sr. (1856–1928), su bisabuelo, visitó Corea mientras trabajaba como misionero en China. Su abuelo, el reverendo Reuben Archer Torrey, Jr. (1887–1970), también misionero en China, ayudó a restaurar las iglesias coreanas tras la Guerra de Corea. Y su progenitor, el padre Reuben Archer Torrey III, reconstruyó el Seminario Teológico de San Miguel, predecesor de la Universidad Sungkonghoe, al suroeste de Seúl, y estableció la Abadía de Jesús, a seis kilómetros de Taebaek, para crear una comunidad ascética.

El padre Ben Torrey pertenece a la Iglesia Siro-caldea de América del Norte, pero su padre fue sacerdote en la Iglesia Anglicana, y su bisabuelo y su abuelo fueron pastores de la Iglesia Congregacional y de la Iglesia Presbiteriana, respectivamente.

Nacido en el estado estadounidense de Massachusetts en 1950, el padre Torrey creció en Corea, entre los siete y los 19 años. Además, convivió durante seis meses en una gran carpa militar junto con 10 jóvenes coreanos mientras ayudaban a su padre a habilitar el primer edificio dedicado a Jesus Abbey en 1965. Su padre compró una tierra a las afueras de Taebaek, aconsejado por los feligreses locales de la Iglesia Anglicana.

La llamada

El padre Torrey volvió a Estados Unidos en 1969 para asistir a la universidad. Aunque regresó a Corea en 1978 y ayudó a diseñar y construir edificios en la zona de Samsuryeong durante un año, nunca tuvo la intención de establecerse en Corea. Seguía su carrera en TI hasta que fundó The King’s School, una escuela misionera en Connecticut en 1994, y sirvió simultáneamente como presidente de la fundación y decano de la escuela hasta 2004.

La inspiración del Cuarto Río le llegó en 2002 durante el funeral de su padre, conocido por su nombre coreano, Dae Chon-dok. Un viejo amigo del difunto padre Torrey III comentó que el Jardín del Edén tenía cuatro ríos, pero Samsuryeong solo tres.

El padre Torrey inmediatamente relacionó el comentario con el sueño de su padre de construir una instalación para capacitar a los jóvenes de cara a la reunificación de la península de Corea. Recuerda cómo esa idea se quedó con él tras el funeral, cuando sintió una ardiente sensación de misión por cumplir ese sueño. Decidido a prepararse para la apertura de Corea del Norte, en 2003 comunicó al personal de Jesus Abbey que se uniría a la comunidad de la abadía. La abadía le designó de inmediato como director del Centro Juvenil Tres Mares, y el padre Torrey y su esposa volvieron a Gangwon de nuevo en 2005. Sus dos hijos varones y su hija, actualmente viven en Estados Unidos.

“Enseñamos a cultivar el espíritu de cooperación y a colaborar, en vez de competir. El elemento esencial para la reunificación coreana es la cooperación”.

Clases y tareas

El plan de estudios de la Escuela Río de la Vida incluye estudios sobre Corea del Norte además de las asignaturas regulares de secundaria. El centro enseña las diferencias entre las dos Coreas en lenguaje, historia y sistemas sociales, y los estantes de su biblioteca están repletos de libros sobre Corea del Norte.

El padre Torrey estima que el sistema educativo altamente competitivo de Corea del Sur no es adecuado para comprender y empatizar con las condiciones de Corea del Norte. “En el futuro”, asegura, “aquellos que puedan comprender y compartir el dolor de los demás y puedan comunicarse con aquellos que van más rezagados podrán convertirse en líderes. Enseñamos a cultivar el espíritu de cooperación y a colaborar, en vez de competir. El elemento esencial para la reunificación coreana es la cooperación”.

Pero el trabajo también es un componente clave del plan de estudios, en base a las enseñanzas de San Benedicto, quien enfatizaba la necesidad de “orar y trabajar” (“ora et labora” en latín).

Todos los miércoles por la mañana, una gran cantidad de tareas aguardan en la Abadía de Jesús, que sirve tanto de residencia del padre Torrey como de centro de comunión ascética interconfesional, al tiempo de albergar la escuela, el centro juvenil y el Rancho Tres Mares, cuyo objetivo final sería enseñar a los agricultores norcoreanos a criar ganado.

Las tareas incluyen limpieza, jardinería, desmalezado y poda de ramas de árboles, siembra de pastos y lavado de ropa y mantas.

El rancho se extiende sobre unos 500.000 metros cuadrados de tierra que el Padre Reuben Archer Torrey III tomó prestado del Servicio Forestal de Corea, para usarlos como aula abierta, al aire libre, donde naturaleza y trabajo se entremezclan armoniosamente. El padre Torrey asevera que las personas aprenden a cooperar entre sí a través del trabajo. Cuando era adolescente, cortó leña durante cuatro años para ayudar a su padre a construir la Abadía de Jesús, y a día de hoy aún sigue cortando leña.

Una vez dirigió un campamento de trabajo de verano durante una semana para alumnos de otras escuelas en la Escuela Río de la Vida, también como parte de sus esfuerzos por aumentar la comprensión de los jóvenes sobre Corea del Norte y ayudarles a prepararse para la apertura. Durante el campamento, los alumnos no podían usar sus celulares. Actualmente, este sacerdote está construyendo una escuela con una zona de dormitorios para poder albergar más alumnos.

Unas 60 personas conviven en la Abadía de Jesús. Los visitantes pueden reservar una estadía de lunes a miércoles, donde trabajarán y comerán junto con los residentes, meditarán más de tres veces al día, y rezarán por alguien más, no por ellos mismos. Los visitantes también deben dejar sus móviles durante la estancia. El alojamiento es gratuito pues la abadía se financia con donaciones, aunque, por supuesto, los visitantes pueden aportar la cifra que deseen.

En mayo de 2019, el padre Torrey comenzó a expandir la comunidad de Samsuryeong y actualmente está recaudando dinero para ampliar Cuarto Río. Él cree que Dios le dará todo lo que necesite, y se preocupa más por los conflictos y los cismas de las iglesias y de la sociedad surcoreana. Enfáticamente afirma: “Primero necesitamos restaurar la unidad en la sociedad surcoreana, por el bien de la reunificación nacional”.

La Abadía de Jesús, a 10 minutos en coche del Centro Samsuryeong, es una comunidad cristiana interconfesional creada por el Padre Reuben Archer Torrey III en 1965. Actualmente, el Padre Ben Torrey reside allí.

Kim Hak-soonPeriodista, profesor asociado, Escuela de Medios y Comunicación, Korea University
Heo Dong-wukFotógrafo

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