Gangwon es, sin duda, el mejor destino de invierno de Corea. La provincia ofrece una amplia variedad de actividades de deportes invernales para disfrute de los visitantes, como esquí o trekking en la hermosa nieve. Pero también acoge emocionantes festivales de invierno, siendo el más conocido el festival anual de la trucha de montaña de Hwacheon.
Janggundan (Altar para el dios principal) es uno de los tres altares construidos para adorar el cielo en la cima del monte Taebaek en la antigüedad. En el primer día del Año Nuevo, muchas personas suben aquí para ver el sol naciente y orar por la buena fortuna para el próximo año. Llegar hasta la cumbre no es fácil, pero los hermosos árboles cubiertos de nieve lo han convertido en un sendero popular, especialmente en invierno.
El mejor momento para visitar la provincia de Gangwon es el frío invierno, aunque otras estaciones también tienen sus méritos. Y la mejor manera de experimentar verdaderamente el invierno es caminar por el mágico paisaje nevado. En un día excepcionalmente nevado, el pasado invierno me dirigí al monte Taebaek sin dudarlo un momento, para experimentar el encanto invernal de Gangwon.
En primavera, el monte Taebaek está cubierto de vibrantes azaleas rosas, mientras que en verano y otoño las flores silvestres recrean un jardín celestial. Pero la montaña es más impresionante en invierno, cuando la nieve caída sobre las ramas de los árboles brilla con el sol. La espectacular vista de las ramas cubiertas de nieve mientras se balancean al viento como peces plateados, compensa desafiar el frío penetrante.
La distancia a la cima es de 4 kilómetros. En verano lleva unas dos horas como máximo, pero en invierno, con los pies hundidos en la nieve hasta los tobillos, puede llevar unas buenas cuatro horas. Subir a la sección más desafiante -llamada Kkalttak Hill- literalmente te dejará sin aliento. Pero una vez que pases Cheonjedan, un altar al cielo en la cumbre, la parte difícil ha terminado.
Cuando los fríos vientos casi han secado el sudor que recorre mi rostro y mi cuerpo, las crestas de la cordillera Baekdu Daegan aparecen a través del bosque. Cerca de la cima hay un hábitat de tejos. De pie, impávidos y soportando los duros vientos del invierno, los árboles desnudos albergan la energía de la vida que espera para poder brotar. Tal vez por eso la gente solía decir que los tejos de aquí “viven mil años en este mundo y otros mil en el siguiente”.
El templo de Woljeong, en el condado de Pyeongchang, en un día nevado es tan espectacular como el monte Taebaek. Les animo a pasear por el camino cubierto de nieve entre abetos, a dejar huellas frescas, y a descubrir que está envuelto por completo en el más absoluto silencio. Silencio no es la mejor descripción: es como si la nieve absorbiera todo el sonido a su alrededor. Es la belleza tranquila en la mirada de un monje budista vestido con una túnica gris, que se apresura sobre una fresca capa de nieve en las primeras horas de la mañana.
Festivales de invierno para alejar el estrés
Y si el senderismo de montaña no culmina sus expectativas, les invito a disfrutar alguno de los muchos festivales de invierno que la región ofrece. El Festival de la nieve del Monte Taebaek, que se celebra cada enero, presenta magníficas esculturas de nieve con temas que reflejan las tendencias actuales. Allí, los visitantes pueden contemplar el trabajo de los mejores escultores de nieve de Corea, y sus excelentes dotes artesanales. En la próxima edición exhibirán esculturas para celebrar los Juegos Olímpicos de Invierno PyeongChang 2018.
Pero además de deleitarse los ojos, hay muchas actividades divertidas en el hielo y la nieve para disfrutar: deslizarse sobre una gran bolsa de plástico; el tobogán de hielo, que es muy popular entre los niños; o un iglú-café donde las parejas pueden conversan mientras entran en calor con una bebida caliente. Mientras, las familias también pueden disfrutar de los trineos tirados por perros y de las motos de nieve en el bosque de pinos frente a Taebaek Minbak [Homestay] Village. Atravesar los campos nevados en un trineo tirado por huskies siberianos es una emocionante experiencia que les hará olvidar el estrés.
En tanto, y para los entusiastas de la pesca, Hwacheon es el sitio perfecto para saborear el verdadero encanto de la pesca de invierno. Los ríos aquí están cubiertos por una gruesa capa de hielo, y son el escenario idóneo para actividades de hielo. El Festival de Hielo Hwacheon Sancheoneo, en particular, ha transformado la región en un popular destino de invierno. Anualmente se celebra entre enero y febrero en el lago Hwacheon, y no solo es el festival de invierno más famoso de Corea, sino que también figura entre los cuatro principales festivales de invierno del mundo, junto con el Festival de Hielo y Nieve de Harbin en China, el Festival de Nieve de Sapporo en Japón y el Carnaval de invierno de Quebec en Canadá. Durante 11 años consecutivos ha atraído a más de un millón de visitantes anuales, y hasta se menciona en los libros de texto coreanos. En 2011, CNN presentó este festival como una de las “7 maravillas del invierno”.
El principal atractivo del festival es la pesca en el hielo y la pesca a mano alzada de sancheoneo, la trucha de montaña. El pescado capturado puede cocinarse allí mismo, en un restaurante cercano. La trucha de montaña, rica en nutrientes, ha sido durante mucho tiempo una de las preferidas de muchos paladares. En China, se dice que los inmortales taoístas disfrutaban de ese pescado, mientras que en Japón lo daban como regalo a la familia imperial. Por la noche, el Festival de Seondeung ilumina la ciudad, pues seondeung significa “luz que te guía hacia el mundo de los inmortales taoístas”. Así, hermosas linternas en forma de trucha iluminan el cielo nocturno alrededor del lago Hwacheon y del mercado.
Aunque es más pequeño en escala que el festival de trucha de montaña, el Festival anual de trucha de Pyeongchang también es muy popular. Se lleva a cabo a orillas del arroyo Odae, desde finales de enero hasta fines de febrero. Además de programas populares como pesca en el hielo, pesca a mano alzada y pesca familiar, ofrece una gran cantidad de actividades de invierno para disfrutar, como trineos sobre el hielo, rafting, bobsleigh y rutas en el tren del hielo.
Cualquiera puede atrapar fácilmente dos o tres truchas una vez que se acostumbra. Las truchas capturadas entre invierno y primavera saben mejor. La trucha a la parrilla es ligera y sabro-sa, mientras que la trucha cruda en rodajas es suave y tierna. Pyeongchang ha sido el hogar de la trucha desde que allí fuera construida la primera piscifactoría de truchas del país en 1965. Seo Yu-gu, un erudito Silhak (“aprendizaje práctico”) de finales de la dinastía Joseon, escribió en Nanho eomokji, una enciclopedia de peces: “Su carne es roja y clara como los nudos de un árbol de pino, por lo que la palabra trucha en coreano tiene el mismo carácter chino que el pino. La trucha es la más deliciosa de entre los peces capturados en el Mar del Este”. En los fríos días de invierno, cuando no había suficiente para comer, la trucha era una buena fuente de alimento. Nuestros antepasados golpearían las rocas del lago con un martillo y al salir asustadas las truchas que se escondían debajo, rápidamente las atraparían. Así, lo que fue un medio de supervivencia para nuestros antepasados, se ha convertido en una actividad lúdica para la gente de hoy.
El Tren del Mar corre a lo largo de la costa este. Dicho tren turístico cuenta con asientos escalonados que ofrecen una clara perspectiva del mar a los pasajeros.
Romántico paseo invernal en tren
Otra forma de disfrutar del paisaje invernal prístino de esta región es subirse a un tren. Incluso el penetrante frío le parecerá romántico. Sentado plácidamente en una de sus cómodas butacas, ver caer la nieve afuera de la ventana calentará su cuerpo y alma.
Una vez tomé el “Fantasy Snow Flower Train” que opera desde diciembre a febrero. Varios compañeros de viaje nos reunimos en el andén, alegres y emocionados de poder tomar un breve respiro y olvidar el estrés cotidiano de conducir sobre carreteras heladas para ir al trabajo, o bien en un abarrotado vagón subterráneo. Hicimos un viaje de un día desde la estación de Seúl, con parada en Chujeon, Seungbu y Danyang, cuyo recorrido ofrece vistas panorámicas de los barrancos repletos de nieve.
A poca distancia del centro de la ciudad, un llamativo paisaje nevado se desplegó ante mis ojos. Los tejados blancos, los arrozales y las riberas cubiertas de nieve calentaban mi corazón. El tren marchaba lentamente, pero a su paso, al avanzar esparcía la nieve. Reencontrarse con conocidos para viajar por primera vez en mucho tiempo, comer gimbap y aperitivos juntos en el tren, me trajo viejos recuerdos de otros viajes sobre raíles.
Nuestra primera parada fue la estación de Chujeon en Taebaek. A 855 metros sobre el nivel del mar, y el punto más alto del país al que se puede acceder en tren. Después de ocho minutos atravesando el túnel Jeongam, de 4,5 km de longitud, la estación apareció ante nuestros ojos. Su nombre, Chujeon, indica que fue construida donde crecen los tréboles de arbusto. Con bajas temperaturas anuales de promedio, dicho lugar afronta inviernos excepcionalmente largos. El tren se paró en la estación durante unos 20 minutos. Bajé del vagón y me detuve en el andén. El aire frío rozaba mis mejillas.
El paisaje con los tejados cubiertos de nieve, los arrozales y las riberas cubiertas de nieve calentaba mi corazón. El tren marchaba lentamente, pero las ruedas rociaban nieve al avanzar.
El Yongpyeong Ski Resort en Pyeongchang, construido en 1975, es la primera estación de esquí de Corea y la “meca de las actividades” de ocio de invierno. Tan pronto como la temporada de esquí comienza, a principios del invierno, esquiadores y asiduos del snowboard llegan aquí de todo el país.
Un café especial para calentar el invierno
Gangneung, una ciudad costera en la provincia, se ha convertido en un paraíso para los amantes del café en los últimos años. Al principio resultaba difícil de creer, pero una vez que visité la ciudad y lo vi con mis propios ojos, comprendí por qué se había vuelto tan famosa por su café. Además de las numerosas cafeterías que abarrotan las calles, alberga un museo del café, cafeterías y tostaderos. También desde 2009 acoge un festival anual de café. Actualmente cuenta con unas 200 cafeterías, que crean un valor añadido anual de más de 200 mil millones de won (unos 180 millones de dólares). Por tanto, no sería descabellado referirse a Gangneung como “la meca del café”.
El mejor lugar para tomar café por goteo en Gangneung es Bohemian Roasters. El propietario, Park I-chu, es un maestro del café, y jugó un papel crucial en la transformación de Gangneung en “la meca del café de Corea”. Coreano-japonés, Park es uno de los cuatro baristas de primera generación de Corea. Dos de ellos ya fallecieron y otro emigró a América, por lo que es el único en activo en Corea. Se mudó a Gangneung, abrió una cafetería y se dedicó a formar baristas. Por tanto podría decir que fue pionero en impulsar el auge del café en Gangneung.
Otro lugar famoso por su café de goteo es Terarosa, también conocido como la “fábrica de café”. Fue inaugurada en 2002, el año de la Copa Mundial Corea-Japón, y sus propietarios se toman tan en serio el café, que incluso van a Etiopía y a Guatemala a comprar los granos. En tanto, Bong Bong Mill es otro lugar que los aficionados al café deben visitar en Gangneung. Situado en Myeongju-dong, en el centro de Gangneung, es un molino reconvertido en un café, de ahí su nombre. Dispone de un espacio separado donde los clientes pueden probar a hacer café y leer libros relacionados. Pero si bien estas cafeterías han jugado un papel esencial al mejorar la calidad del café en Gangneung, la difusión de la cultura del café podría atribuirse a Coffee Cupper, el primer productor de café comercial en Corea.
¿Por qué no aprovechar al máximo el invierno yendo a Gangwon a disfrutar de las muchas maravillas que ofrece, bien sea un paseo por la montaña, un romántico viaje en tren, la pesca en el hielo, un festival de invierno o una simple y humeante taza de café gourmet?
Gangneung renace como “la meca del café”
Ubicada en el centro de la costa este de la provincia de Gangwon, Gangneung es el lugar de nacimiento de muchas figuras históricas y es famosa por sus reliquias y enclaves culturales. Pero en los últimos años la ciudad, previamente reconocida por su anticuado encanto, ha pasado a disfrutar de reciente fama como “meca del café en Corea”.
Choi Geum-jeong, directora del Museo del Café en Wangsan- myeon, Gangneung, revisa las exposiciones. También CEO de Coffee Cupper, se dedica a promover la cultura del café.
Todo comenzó con las máquinas expendedoras, que fueron instaladas en la playa de Anmok, a las afueras de Gangneung, en la década de 1980. Poco a poco se corrió la voz de que el café allí era particularmente bueno. Pronto hubo docenas de máquinas expendedoras, hasta que en 2001 inauguraron una cafetería de tres pisos con paredes de vidrio. Era una cafetería moderna que no parecía encajar con un pueblo de pescadores, con casas con tejado de pizarra. El único café que la mayoría de la gente conocía hasta la fecha era esa empalagosamente dulce mezcla de café instantáneo, azúcar y crema no láctea. El sabor y el aroma del café recién hecho servido en esa cafetería no eran familiares, y su precio también era mucho más elevado que el del café de las máquinas expendedoras.
Aquellos que estaban acostumbrados a tomar café en bares oscuros y anticuados se preguntaban quién demonios querría tomar café en un lugar con paredes de vidrio, donde la gente podía mirar dentro, y esperaban que cerraría pronto.Pero estaban equivocados.
En menos de un año, la gente hacía cola en la puerta. Entonces empezaron a surgir más cafeterías, y con el tiempo en Anmok Beach y aledaños surgieron gran cantidad de cafés. La “calle del café” se convirtió en un imán para los turistas de todo el país.
En menos de un año, la gente hacía cola en la puerta. Entonces empezaron a surgir más cafeterías, y con el tiempo en Anmok Beach y aledaños surgieron gran cantidad de cafés. La “calle del café” se convirtió en un imán para los turistas de todo el país.
Choi es indudablemente quien merece el crédito de impulsar el auge del café en Gangneung.
El área alrededor del puerto de Gangneung y la playa de Anmok es una famosa “avenida del café”. Cuenta con unos 200 cafés que dan a la ciudad portuaria la reputación de la “meca del café” de Corea. Las cafeterías comenzaron a brotar aquí a principios de la década de 2000.
Ella trajo 20 cafetos de la isla de Jeju a principios de la década del 2000 y creó una finca de café que ahora vende plántulas. También fue quien abrió el primer museo del café de Corea. Ubicado en Wangsan-myeon, a las afueras de Gangneung, muestra accesorios raros relacionados con el café, y otros artículos que Choi y su esposo recopilaron durante muchos años en varios países del mundo. También ofrece diversos programas de experiencia.
“Una vez oí a un visitante en la granja de café refunfuñando porque no podía encontrar los granos de café. Me sorprendió bastante. Creo que esa persona pensó que los granos en sí también eran de color negro”, afirma Choi. “El café se ha convertido en el producto alimenticio más popular en Corea, pero muchos no lo conocen bien”.
Choi prepara la apertura de un segundo museo en el centro de Gangneung para mediados de diciembre.
Han pasado 16 años desde que inauguró Coffee Cupper y las parejas que venían entonces ahora vuelven con sus hijos. Las sillas son viejas y el piso cruje, pero Choi piensa dejar todo así, para conservar el sabor de ese viejo ambiente. No quiere arruinar los buenos recuerdos de nadie.