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2019 AUTUMN

REPORTAJE ESPECIAL

BTS: La odisea de los siete magníficos de CoreaSPECIAL FEATURE 4La revolución zeitgeist y transmedia del arte

El fenómeno BTS implica considerables cambios sociales y culturales cuya inspiración está tanto en la propia banda masculina como en su fandom: ARMY. En la raíz de este fenómeno, a la vez político y estético, se halla el rápidamente cambiante entorno mediático, usado de forma activa para la creación, difusión y reproducción del arte.

Fans globales ven vídeos de BTS en diversos medios online y crean sus propios videos de reacción para compartirlos en las redes sociales. Los vídeos de BTS son activamente reproducidos y compartidos por sus fans en las redes sociales.

BTS es una banda de músicos. Por ello, es imposible abordar el fenómeno que generan sin analizar su música, sus actuaciones y sus mensajes. De este modo, afirmar que son artistas talentosos y atractivos que producen buena música no explicaría suficientemente la importancia del fenómeno BTS. Cualquier intento de comprenderlo debe plantear las siguientes preguntas: ¿En qué plataformas construyen su fuerte vínculo los artistas y sus fans de todo el mundo? ¿Qué implica el rol de esas plataformas? ¿Evolucionan de una manera que responde al cambio deseado por el público?

En concreto, la característica común que comparten todos los elementos esenciales de este insólito fenómeno es la “horizontalidad”. Por tanto, cualquier exploración de esta tendencia debe considerar las siguientes premisas: la inherente horizontalidad de las tecnologías de redes digitales y cómo los contenidos de BTS la preservan al romper con una jerarquía impuesta por el capital y la autoridad; un mensaje que aboga por un mundo más horizontal y las aspiraciones de horizontalidad del público en términos de clase, raza, idioma, género, cultura y religión; y los encuentros horizontales entre BTS y sus fans, que comparten esas aspiraciones.

En el curso de esta exploración, el público en general, llámense receptores de contenidos artísticos, consumidores, fandom o audiencia, puede sugerir más claramente la dirección del cambio, porque la esencia del fenómeno BTS tiene mucho que ver con lo inconsciente del ámbito político o zeitgeist, que se halla tras el explosivo entusiasmo del fandom global.

Una audiencia en movimiento
Los espectadores emplean los vídeos musicales, así como los “vídeos de instalación online”, clips de conciertos y otros contenidos de BTS, en un entorno mediático compuesto por una amplia variedad de proyecciones y redes. El término “videos de instalación online” abarca una variedad de vídeos protagonizados por la banda que circulan bajo diversos títulos como cortometrajes, destacados y trailers. Este concepto alude a los vídeos que no se pueden englobar en ninguna de las categorías existentes, como clips musicales o películas. Los que se publican de forma discontinua, como las obras de videoarte exhibidas en una galería solo existentes en sitios de internet, y el intervalo entre las obras, no es espacial sino temporal. Sus imágenes simbólicas y narrativas, cada una de las cuales hace referencia a otras obras, forman una cadena de significado. Al igual que las películas experimentales, los cortometrajes o el videoarte, estos clips son una destacable característica de los vídeos de BTS.

Dicho de otro modo, BTS está produciendo un gran volumen de contenidos audiovisuales apoyándose en las tecnologías de nuestra era. Los vídeos musicales, las instalaciones en línea y otras obras del “Universo BTS”, un mundo ficticio en línea protagonizado por sus siete integrantes, usan de forma efectiva imágenes simbólicas que permiten diversas interpretaciones, en una estructura única donde los vídeos comparten referencias constantemente. Estos vídeos se producen asumiendo que los espectadores accederán a ellos y los usarán libremente en sus redes digitales. Al consumir una gran variedad de contenidos audiovisuales en un entorno multiplataforma, los espectadores pueden ver sobre la marcha los vídeos mediante sus dispositivos móviles, que permiten la visualización repetitiva, o incluso recurrir a funciones de edición como la ampliación y la compensación de color. En este sentido, los receptores pueden ser considerados una “audiencia en movimiento”.

El fenómeno BTS plantea importantes preguntas sobre el valor que persigue el arte basado en los medios en relación con un mundo en constante cambio y el modo en que se plantea el futuro, así como la dirección hacia la que con gran inercia se desplaza el sector de los medios de comunicación.

Al escribir el hashtag “#BTS logo” en Instagram hallamos miles de variaciones de logos de BTS y ARMY hechos por fans globales. Muestran la recíproca relación entre ambos.

Un cambio de roles
Gracias a esta diversidad de plataformas, los espectadores crean remixes o clips vinculando o cortando los vídeos originales. Pueden producir una variedad más amplia de contenido si agregan sus propias reacciones o interpretaciones, y los materiales creados así se comparten junto con los trabajos originales de BTS. Esto no se limita solo a un pequeño grupo de fans entusiastas, sino que es el modo habitual de rendir tributo a la banda para la mayoría de los seguidores de BTS. Esta nueva tendencia en cuanto a recepción de los contenidos artísticos es tan común que puede parecer irrelevante, pero genera un profundo cambio en la forma del arte.

Según las ideas del filósofo Walter Benjamin, el cambio en el modo en que el arte es recibido por el público en general es la causa principal del cambio en la forma del arte. En “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica” Benjamin destaca: “la masa es una matriz de la que actualmente surge todo comportamiento consabido frente a las obras artísticas. La cantidad se ha convertido en calidad: el crecimiento masivo del número de intervinientes ha modificado la índole de su participación”. En resumen, a medida que una determinada tecnología mejora la productividad, modifica el modo de producción artística en sí. El desarrollo tecnológico altera la recepción pública del arte, lo que a su vez conduce a un cambio cualitativo en la propia forma del arte.

Las plataformas de internet son el vehículo tecnológico que facilita la participación del público en la creación. A través de la transmisión y el intercambio, la audiencia dota a los vídeos publicados en línea de ciertas funciones y de un modo de existencia. A diferencia de las películas ofrecidas en cines o en DVD, estos clips cortos existen solo como datos antes de que los espectadores los imbuyan de vida al hacer clic y compartir. Este cambio en la estructura de participación de la audiencia, a raíz de los avances tecnológicos, se da de forma activa en los vídeos de BTS. Las creaciones de los espectadores coexisten en las mismas plataformas con los vídeos originales de BTS, y sus interacciones e interrelaciones dan lugar a una gran variedad de significados.

El arte ya no ve limitado su alcance a las creaciones de artistas profesionales, ya que los vídeos realizados por los espectadores, que reproducen y amplían los significados de las obras originales, también se incluyen en sus hoy límites flexibles. La importancia y uso de un trabajo se redefine y recrea constantemente en las redes con sus imágenes cambiantes, y estos reordenamientos constituyen un proceso de convergencia en el que diferentes dispositivos se integran en el comportamiento de la audiencia y del usuario. En “La cultura de la convergencia: donde los viejos y los nuevos medios chocan”, Henry Jenkins afirma: “argüiré aquí en contra de la idea de que la convergencia debería concebirse principalmente como un proceso tecnológico que aglutina múltiples funciones mediáticas en los mismos aparatos. Antes bien, la convergencia representa un cambio cultural, toda vez que se anima a los consumidores a buscar nueva información y establecer conexiones entre contenidos mediáticos dispersos”.

En este modo de producción, el arte rompe radicalmente con el límite entre artista y audiencia, entre creador de arte y consumidor de arte. El estatus fundamental, la autoridad y los roles tradicionalmente atribuidos al artista ya no son válidos. Al establecer conexiones con una obra de arte a través de internet, la audiencia participa en la creación del arte y genera nuevos significados dentro de las redes como usuarios de igual estatus. Al final, es inminente un cambio radical en el concepto y la naturaleza del arte en sí.

Lanzamiento de un teaser de ARMYPEDIA en una valla de Piccadilly Circus de Londres, campaña de un mes realizada por BTS y Hyundai Motor Company, ARMYPEDIA que comenzó el 25 de febrero de 2019. Los ARMY crearon el sitio web de la campaña para publicar escritos, fotos y vídeos en BTS. Hyundai Motor Company

Compartir valor
Las principales características del videoarte en las nuevas redes son: el alcance fluido de las obras de arte; el territorio abierto del arte junto con las redes de contenidos relacionados; la ruptura del límite tradicional entre el artista y el público; y la movilidad real de la audiencia gracias a las tecnologías de redes móviles. En mi libro “BTS, la revolución del arte” utilicé el término “red-imagen” para explicar este modo de producción del videoarte.

Estas características se generan mediante acciones que la audiencia realiza diariamente en plataformas compartidas o redes sociales. Considerando la influencia social de estos servicios de red y la gran cantidad de receptores que usan estos servicios a diario, lo que busca la sociedad conectada con redes móviles del siglo XXI en la “imagen de red” ha de ser “compartir valor”.

Tal y como advirtió Walter Benjamin, la reproducción mecánica transformó el valor de la producción artística de valor de culto a valor de exhibición. De este mismo modo, el uso extensivo de las tecnologías de redes móviles implica que el valor del arte del siglo XXI está cambiando del valor de exhibición al valor del compartir. La aparición de la “imagen de red” como nueva forma de arte implica mucho más que un simple cambio en el modelo del arte. Fundamentalmente representa un inmenso cambio histórico, es decir, una indicación sintomática del modo en el que el mundo está cambiando. Así, el fenómeno BTS no es simplemente una forma algo extraordinaria de apreciar los vídeos musicales de una popular banda juvenil masculina. En última instancia, plantea importantes preguntas sobre el valor que persigue el arte basado los medios en relación con un mundo en constante cambio y el modo en que se plantea el futuro, así como la dirección hacia la que con gran inercia se desplaza el sector de los medios de comunicación.

Lee Ji-youngProfesora de la Facultad de Humanidades de Daeyang, Universidad de Sejong

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