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2020 AUTUMN

REPORTAJE ESPECIAL

Reparto a domicilio: mirada al interior de un sector en augeREPORTAJE ESPECIAL 5Industria del reparto: luces y sombras

La industria del reparto de alimentos prospera a medida que la pandemia de COVID-19 nos conduce hacia un estilo de vida sin contacto. Las apps de móvil, que ya no son meros intermediarios para pedir alimentos, han ampliado los servicios de entrega a una mayor gama de productos. Si bien estas plataformas evolucionan rápidamente, el sector debe abordar la monopolización y las condiciones laborales.

En 2018, el volumen de compras en línea de Corea superó por primera vez los 100 billones de wones, llegando a 114 billones de wones. Ese año, la entrega de alimentos apenas representaba un 4,6 por ciento del total. En el primer semestre de este año, sin embargo, las transacciones de servicios de alimentos en línea superaron el billón de wones por mes, según Estadísticas de Corea. El total mensual en abril, por ejemplo, aumentó un 83,7 por ciento interanual, dato que representa la tercera mayor cuota, con un 10,5 por ciento, justo detrás de comestibles y bebidas con un 12,7 por ciento, y de electrodomésticos, equipos electrónicos y de telecomunicaciones con un 11,5 por ciento.

Nadie duda que la pandemia del COVID-19 sea un factor significativo en esta tendencia. Con un distanciamiento social generalizado, salir a cenar se ha vuelto menos frecuente, mientras que la comida para llevar o la entrega a domicilio se considera la “nueva normalidad”. Según Open Survey, una empresa de investigación de datos móviles, casi el 70 por ciento de los consumidores de entre 40 y 50 años confirmaron que su renuencia a salir a cenar durante el brote les hizo recurrir a la entrega de alimentos. Considerando que este grupo antes lideraba la tendencia a alejarse de la comida a domicilio, el cambio es notable. Las cifras del sector sugieren que, tras experimentar la comodidad de las apps de entrega, estos consumidores probablemente seguirán comprando en línea cuando termine la pandemia, no solo alimentos sino también otros productos.

A medida que aumenta la demanda de servicios de entrega sin contacto por COVID-19, el centro Logístico de una empresa de reparto de Seúl se abarrota de paquetes y trabajadores que los clasifican por destinos. La excesiva carga de los repartidores y sus condiciones laborales surgen como nuevo problema social. © Agencia de Noticias Yonhap

Más servicios
Las plataformas de entrega basadas en aplicaciones móviles ya impulsaban el crecimiento del mercado nacional antes de la actual crisis sanitaria, pero cuando Apple presentó el iPhone en 2007, las plataformas de entrega vieron su oportunidad en los móviles. Los pedidos telefónicos convencionales, basados en folletos y flyers, rápidamente dieron paso al método actual: procesar cada fase del pedido mediante una app. Las plataformas de entrega desarrollaron modelos de negocio basados en publicidad (mostrando las tiendas de los clientes en su app) o cobrando una comisión por pedido.

Una encuesta realizada por la Asociación de la Industria de Servicios de Alimentos de Corea en marzo de 2019, refleja que el 62,2 por ciento de los pedidos de comida a domicilio fueron mediante una app, frente al 37,5 por ciento por teléfono. Las encuestas a consumidores arrojaron resultados similares. A principios de año, un sondeo de Open Survey entre 1.500 hombres y mujeres de 20 a 59 años en todo el país, reveló que un 60 por ciento de los encuestados usó servicios de entrega de alimentos a domicilio mediante webs especializadas o apps para móviles inteligentes.

Las plataformas de entrega intentan lograr una ventaja competitiva ofreciendo diferentes beneficios a restaurantes y consumidores. Los consumidores, obviamente, prefieren opciones simplificadas que permitan un prepago único de comida y entrega por móvil. Con la pandemia actual, el método COD (efectivo/cobro contra reembolso) mediante efectivo o tarjetas de crédito está siendo reemplazado por un simple pago en línea. Muchos consumidores van aún más lejos y piden que les dejen la comida en la puerta de casa, para evitar el contacto humano.

Otra tendencia a destacar es que se amplía la gama de productos de entrega. El alcance de los servicios va más allá de la entrega de alimentos, e incluye gran variedad de productos básicos: desde alimentos procesados, como bocadillos y fideos ramen, hasta productos de uso diario, como agua embotellada, papel higiénico y detergente, o alimentos frescos refrigerados, como comestibles, carnes y kits de comidas semi-preparadas. En 2019, Woowa Brothers Corp., a cargo de la mayor aplicación de entregas de Corea, Baedal Minjok (más conocida como Baemin), lanzó B Mart, un servicio de entrega instantánea de comestibles que abarca cualquier producto disponible en los supermercados. En tanto Delivery Hero Korea, propietario de la segunda y la tercera mayores plataformas, Yogiyo y Baedaltong, respectivamente, también está ampliando su lista de productos, en asociación con tiendas de conveniencia y supermercados locales.

Cada vez más plataformas de entrega amplían los servicios disponibles para restaurantes. Incluso suministran productos alimenticios, envases de embalaje y similares, además de desarrollar sistemas POS (punto de venta) para gestión de restaurantes.

Bicis de reparto para Vroong Friends esperan junto a una estación de metro. Cualquiera que se registre como ciclista a tiempo parcial en la plataforma puede usarlas para realizar entregas. Los proveedores, que tenían dificultades para atender la avalancha de pedidos con su personal a tiempo completo, comenzaron a contratar mensajeros a tiempo parcial. © Um Ji-yong

Monopolio y competición
Así, se espera que este duopolio termine muy pronto. En diciembre de 2019, Delivery Hero Korea anunció que se haría cargo de Woowa Brothers, todo un movimiento tectónico en el sector nacional de entregas. Si dicho plan pasa el control de fusiones y adquisiciones de la Comisión de Comercio Justo de Corea, la nueva empresa poseerá las tres mayores plataformas del sector y una cuota de mercado del 99 por ciento. Pero el posible nacimiento de un monopolio gigante ha desatado una acalorada controversia. A las tiendas afiliadas les preocupa que la colusión resulte en comisiones y costes publicitarios irracionales, mientras que los consumidores recelan ante posibles aumentos en las tarifas de envío.

Woowa Brothers se apresuró a explicar que, pese a la fusión, las dos empresas mantendrían una gestión independiente y también competirían entre sí, aunque eso fue insuficiente para apagar el fuego. Como contramedida para evitar el monopolio, algunos gobiernos locales ya han lanzado, o están desarrollando, apps públicas de distribución para sus respectivas zonas. Además, Coupang Eats y WeMakePrice O se han unido a la competencia, aventurando significativos cambios en la cartografía del sector de reparto de alimentos a domicilio.

Apps populares de reparto de comida: de izquierda a derecha, Baedal Minjok, Yogiyo y Baedaltong. Las cifras de big data móvil IGAWorks muestran que más usuarios de Android es para Baedal Minjok (9.701.158), seguida de Yogiyo (4.926.269), Coupang Eats (391.244) y Baedaltong (272.139). Baedaltong mantenía el tercer lugar desde su lanzamiento en 2010, pero fue superado por Coupang Eats en la primera mitad de 2020.

Por otro lado, preocupa el aumento de intermediarios, pues genera un tipo de empleo cuyos derechos no están garantizados.
Según las leyes coreanas vigentes, estos son considerados como “trabajadores con tipo especial de empleo”, y sin apenas protección ante accidentes laborales o conflictos con las empresas clientes.

Proveedores de reparto
Junto con el impresionante aumento de las plataformas de entrega, otro fenómeno a destacar es la aparición de proveedores de reparto. Las plataformas de primera generación, que funcionaban como intermediarios entre restaurantes y consumidores, carecían de redes logísticas propias. La entrega real era controlada por los restaurantes, bien por los propios dueños o por los repartidores que empleaban. Como los pedidos se concentraban a la hora del almuerzo y la cena o hasta altas horas de la noche, los restaurantes con repartidores propios tenían que hallar formas de aprovechar al máximo a esos trabajadores en las “horas valle”, y por ejemplo, les ponían a repartir publicidad.

Los proveedores de servicios de reparto vieron un nicho de oportunidad en ofrecer sus servicios a otros restaurantes por una tarifa mensual de entre 100 y 150 mil wones, más un coste de entrega de unos 3.000 wones por pedido. Al subcontratar la entrega, los restaurantes pueden reducir los gastos o pérdidas de emplear a sus propios repartidores. En 2013, cuando comenzaron a aparecer empresas de entrega a domicilio, muchos restaurantes recurrieron a esos servicios para complementar su propia fuerza laboral, pero el volumen de restaurantes que depende únicamente de los proveedores de entrega a domicilio ha aumentado gradualmente desde entonces. Hoy, los tres pioneros del mercado en términos de pedidos mensuales son Saenggakdaero (10 millones), Barogo (9,8 millones) y Mesh Korea (4 millones). Ninguno de ellos ha obtenido beneficios netos aún por la intensa competencia, pero crecen rápidamente.

Los gigantes de las plataformas de primera generación, Woowa Brothers y Delivery Hero Korea, también optaron por crear sus propias redes logísticas, lanzando Baemin Riders y Yogiyo Plus, respectivamente. Pero Delivery Hero Korea fue más allá, al invertir 20 mil millones de wones en Barogo, presumiblemente en un movimiento para mejorar su capacidad logística. Eso implica que Baemin y Yogiyo cobran tarifas (entre un 15 y un 30 por ciento más, respecto al margen del 6 al 12 por ciento de las plataformas previas), pues incluyen cargos por servicio de entrega. Coupang Eats (dirigido por Coupang, el minorista en línea mayor de Corea), Ddingdong (que opera en la zona de Gangnam en Seúl) y Foodfly (adquirido por Yogiyo), son ejemplos de proveedores de servicios de entrega que tuvieron éxito con este modelo de negocio. Ahora, esas plataformas de reparto de segunda generación, equipadas con sus propias redes logísticas, son parte del mainstream.

Mensajero de Vroong Friends deja una tienda de conveniencia en Seúl tras recoger un pedido. A medida que aumenta la demanda de entregas, los bienes de las tiendas de conveniencia proliferan al ampliarse los productos de entrega y los horarios. En este caso, de 11 a 23 h. © NewsBank

Plataformas de repartidores
La aparición de plataformas de servicios de reparto de segunda generación genera preocupación social por el “empleo de intermediarios”. Este sistema involucra a un grupo más amplio de contratistas independientes, además de repartidores a tiempo completo registrados en cada plataforma. Barogo Flex de Barogo, Vroong Friends de Mesh Korea y Baemin Connect de Woowa Brothers, son ejemplos relevantes de este sistema. Coupang Eats empleó contratistas independientes desde el inicio, pues tenía problemas para procesar los pedidos urgentes con su propia red, y recibía quejas de entregas tardías o perdidas.

Para cubrir las franjas horarias de alta demanda en las zonas metropolitanas, donde los pedidos se acumulan, los principales proveedores de servicios de reparto reclutan contratas independientes mediante crowdsourcing. Las empresas enfatizan que esos repartidores pueden optar por trabajar tanto como quieran y cuando quieran. Ganan de 3.500 a 4.000 wones por entrega, mientras que los de reparto a tiempo completo ganan 3.000 wones por entrega. Este sistema de contratación ha tenido una respuesta favorable. Según Woowa Brothers, un total de 14.730 mensajeros independientes se inscribieron en Baemin Connect en febrero de 2020, y grupo que ahora supera en siete veces la red de 2.300 personas de Baemin Riders.

Por otra parte, preocupa el aumento de plataformas intermediarias, pues genera un tipo de empleo cuyos derechos no están garantizados. Según las leyes coreanas vigentes, estos repartidores son considerados como “trabajadores con tipo especial de empleo”, y sin apenas protección ante accidentes laborales o conflictos con las empresas clientes. No tienen cobertura de seguridad social, ni las vacaciones pagadas que estipulan las leyes. Cuando la demanda de servicios de reparto se disparó al brotar el coronavirus, las paupérrimas condiciones laborales de estos repartidores quedaron al descubierto una vez más, y sus derechos básicos fueron señalados como un problema social. Ahora, cada vez más voces urgen a acometer mejoras para proteger los derechos de este nuevo tipo de empleos. 

Um Ji-yongReportera, Byline Network

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