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2024 WINTER

La conexión del vinilo

Animado por un espíritu aventurero, Curtis Cambou se embarcó en un programa de intercambio universitario en Corea. Poco podía imaginar que, doce años después, supervisaría dos sellos discográficos, estaría casado con la destacada música coreana Park Ji-ha y sería propietario de dos populares tiendas de discos de segunda mano.

Curtis Cambou escucha un disco en Mosaic West, su segunda tienda de discos vintage, cerca de Sangsu ST., en el distrito de Mapo, en Seúl.

En la era digital actual, los melómanos pueden escuchar sin esfuerzo sus temas favoritos en plataformas como Spotify, Apple Music o YouTube Music. Pero estamos ante un renacer mundial del vinilo, y no parece que vaya a frenarse pronto. En Estados Unidos, la mayor industria musical del mundo, los vinilos ya superaron en ventas a los CDs el año pasado, según Recording Industry Association of America. Desde iconos del pop como Taylor Swift y Billie Eilish, hasta la banda de K-pop BTS, los artistas lanzan álbumes en vinilo y las jóvenes generaciones impulsan las ventas de LPs.

Curtis Cambou, que regenta dos tiendas de discos antiguos en Seúl, no es ajeno a esta tendencia. Originario de Niza (Francia), dejó su ciudad natal a los 17 años y se fue a París. Cuando decidió explorar el mundo, descartó ciudades como Nueva York y Tokio y eligió Seúl, el nombre que le resultaba menos familiar. Cambou llegó en 2012 y, tras terminar un curso inicial de intercambio, se quedó a estudiar empresariales en la Universidad de Corea.

El instinto comercial de Cambou resultó ser musical. A lo largo de los años, este amante de la música forjó contactos con gente del sector de los discos de segunda mano, mientras aumentaba el tamaño de su colección. En 2020 abrió “Mosaic”, su primera tienda de discos vintage, en un callejón de Sindang-dong, cerca de Gwanghuimun, la puerta sureste de la antigua muralla de Seúl. Cambou eligió ese lugar antes de que el barrio se pusiera de moda. Tras su éxito, abrió una tienda en línea, antes de abrir su segunda tienda física en Hongdae el año pasado. Profundamente motivado por el deseo de promocionar a artistas coreanos de talento y sin canales de distribución en el extranjero, fundó Braindance Records para producir álbumes de artistas electrónicos coreanos, y Daehan Electronics, que reedita discos antiguos y publica nuevos álbumes de artistas locales. Estaban “casi perdidos en el tiempo antes de ser rescatados”, explica Cambou. Cuando no está ocupado gestionando las tiendas, buscando discos en mercadillos o clasificando los miles de discos que llegan a su oficina semana tras semana, Cambou se entrega a su afición de siempre: DJing.

¿Cuándo empezó su amor por la música?

Cuando era joven, mi madre tenía discos y CDs y yo buscaba música todo el tiempo. Conseguía cintas mezcladas de amigos y las escuchaba en el coche. Le gustaba mucho el soul [...] Había mucho synth pop británico, cosas como Depeche Mode o The Human League.

¿Le gustaba algún género en particular?

De joven escuchaba mucho hip-hop. En casa escuchábamos sobre todo soul, clásicos como Big Weather, Marvin Gaye, Sade y cosas así. Luego empecé con la psicodelia. Iba de esto a aquello. Viví una fase de un año o seis meses donde solamente escuchaba ese [género] y luego pasaba a otra cosa. Cuando llegué a Corea, me intersó mucho la música vanguardista, experimental y electrónica, cosas un poco fuera de lo común.

¿Qué le hizo quedarse en Corea?

Es difícil señalar una cosa, pero aquí encontré mi papel en la sociedad. Sentí que la industria musical era un océano azul para mí. En cierto modo puedo ayudar a la gente y la gente me ayuda a mí. Puedes entrar en la sociedad a tu manera y, de forma natural, hallas la forma de quedarte.

¿Qué hizo después de graduarse?

Trabajé para Hyundai Card en el equipo de marketing internacional (relacionado con Francia). Estaba en un equipo de mercadotecnia local coreano y me trasladaron a la tienda VINYL & PLASTIC, donde me ocupaba de la colección de discos. Fue fácil trabajar allí, pero no era divertido.

¿Cómo llegó a los sellos discográficos?

En mi entorno había unos cuantos tipos que realmente tenían el nivel para un lanzamiento en el extranjero, pero ningún sello de Corea distribuye en el extranjero, [porque] no tienen redes. Tienen contactos en grandes compañías, pero el circuito underground es totalmente distinto. Yo tenía bastantes contactos con distribuidores y propietarios de sellos discográficos, así que decidí publicar y distribuir, es decir, producir y distribuir en Europa.

¿Cuál es su proyecto más memorable?

Mi mejor proyecto fue una banda llamada Puredigitalsilence (PDS), cuya música es realmente excepcional. Cuando los conocí, hacía años que no daban ningún concierto: eran solo un par de tipos que seguían en la escena experimental noise. Así que los reunimos de nuevo y sacamos un disco bien hecho. Remasterizamos un documental amateur que les hizo un estudiante a finales de los años noventa. Tradujimos todo al inglés, conseguimos una proyección y que tocaran en directo por primera vez en veinte años. Vino tanta gente que agotamos las entradas. Fue una gran apuesta para mí, pero también uno de los mejores días de mi vida.

¿Cuál fue la respuesta fuera de Corea?

Mucha gente, sobre todo coreanos estadounidenses, se puso en contacto conmigo para darme las gracias. La mayoría realmente no sabe hablar coreano, pero todos me dijeron lo mismo. Sienten que tienen raíces coreanas, pero desean vibrar con la escena alternativa de Corea, una comunidad sobre cosas distintas de la tendencia principal.

¿Cómo llegó a dirigir una tienda de discos vintage?

Se suponía que iba a sacar un segundo álbum de Puredigitalsilence, pero entonces llegó el COVID y el gran problema eran los gastos de transporte. Perderíamos mucho dinero al enviarlo a la distribuidora. Había dejado mi trabajo en Hyundai Card y tenía un pequeño empleo para ayudarme mientras hacía el programa de integración coreano para obtener visado de residente. No tenía suficiente para invertir unos miles de dólares en ese proyecto, pero una vez conseguí el visado, pude poner en marcha mi negocio, llamado “Mosaic”.

Cambou abrió su primera tienda de discos, Mosaic, en un callejón del barrio residencial de Sindang-dong.
© MOSAIC

¿Por qué decidió abrir una tienda en Sindang-dong?

Antes vivía en Changsin-dong, que no está lejos de Sindang-dong, y necesitaba encontrar un local rápidamente. Mi presupuesto era muy bajo y mi mujer me dijo que la zona de Gwanghuimun era bonita. Así que fui a unos cuantos budongsan [agentes inmobiliarios] para preguntar, pero me decían: “Eopseo, eopso” [No hay nada disponible]. Solía tratar con mucha gente mayor y [por aquel entonces] no hablaba bien coreano, pero tengo mis técnicas para hacer que la gente se sienta un poco más cómoda. Volví muchas veces las semanas siguientes, llevando algunas vitaminas bebibles (VITA500) y, en algún momento, de repente, surgió un lugar. Cuando fuimos el local aún no estaba en el mercado minorista. Me enseñó el espacio y pensé “es aquí”: es muy barato y tiene mucho encanto.

¿Por qué cree que “Mosaic” se ha vuelto tan popular?

Diversidad, calidad del material y continuo flujo de nuevos álbumes. Una vez por semana entra mucho material y es difícil encontrar realmente lo mejor, la crema, así que intentamos asegurarnos de que todo lo que llegue sea muy especial.

¿Cuál es el grupo de edad general de sus clientes?

Es bastante amplio, pero la mayoría tienen entre 20 y 40 años, o entre 40 y 49 años.

Notas escritas a mano por el personal de Mosaic se adjuntan a discos y cibros para resaltar su contenido.

¿En qué se distinguen sus dos tiendas de discos?

La primera se centra más en músicas del mundo. Por ejemplo, música africana, brasileña, reggae y rare groove, como soul y funk de los años 60 y 70 en Estados Unidos. Nos centramos en eso y en el jazz. La segunda es un poco más “callejera” y tenemos mucho hip-hop, house, techno, disco y dance music de los años 80, mayormente de la escena neoyorquina, y mucho rock alternativo, indie, new wave, post punk, punk metal, trash, hard rock, y muchos clásicos del rock.

¿Qué le gustaría que la gente sintiera en sus tiendas?

Intentamos asegurarnos de que la gente experimente la tienda por sí misma. Es como ir a una biblioteca. Tenemos géneros que dividimos de forma muy específica, y la gente puede buscar discos y escucharlos para encontrar su propio estilo musical.

¿Cuándo conoció a su mujer? ¿Trabajan juntos?

Nos conocimos hace cinco años. Yo quería lanzar su disco, pero al final no lo hice. Me di cuenta de que su discográfica ya estaba haciendo un gran trabajo. Es muy conocida en su campo. Los estudios Amazon MGM han sacado una película llamada “Foe” y ella participa en la banda sonora. También la invitan a colaborar en muchos proyectos, y cuando actúa en el extranjero yo la ayudo con la comunicación en inglés.

Cambou habla apasionadamente de su deseo de tener a más gente descubriendo una mayor variedad de música en sus tiendas.

¿Cuáles son sus sueños y esperanzas a futuro?

Deseo que la industria discográfica de segunda mano obtenga un reconocimiento adecuado como negocio, pues en Corea no es profesional. Deseo llegar a un punto donde mi negocio parezca una corporación propiamente dicha, tener más tiendas en Corea y que la gente joven quiera trabajar para nosotros.

Jennifer Chang Escritora
Han Jung-hyun Fotógrafo

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