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2016 SUMMER

Irina Korgun:Economista rusa y amante de lapintura popular de Corea

La profesora Irina Korgun, que vive en Seúl desde hace ocho años, viaja en metro a menudo. Comoinvestigadora de la economía coreana, se encuentra en el lugar perfecto para observar las ajetreadasvidas de las personas de este país, y espera trabajar algún día como especialista en economía coreanapara una organización internacional.

Tras servir como profesor investigador del Instituto de Estudios de Rusia en laUniversidad Hankuk de Estudios Extranjeros desde 2011, Irina Korgun fue nombradael año pasado profesora asistente del departamento de lengua rusa en la mismaescuela.

La profesora Irina Korgun se presenta puntual frente al edificioprincipal de la Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros.Quizás por su menuda figura apenas destaca entre lamultitud de estudiantes y profesores coreanos. Lleva una bebida devitaminas en la mano que le dio un alumno en la clase anterior.

“Él acaba de terminar su servicio militar. Los profesores rusosson muy autoritarios en general, pero creo que en las universidadescoreanas la relación profesor-estudiante es mucho más cercana.En Corea, por supuesto, los docentes tienen que ser buenosprofesores pero también proporcionar orientación personal y académica”,comenta.

Investigación de campo enfocada en las personas

Korgun trabajó como profesora investigadora durante cuatro años en el Instituto de Estudios de Rusia de la Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros, antes de ser nombrada el año pasado profesora asistente del departamento de lengua rusa de la escuela. Ahora, en su segundo semestre, enseña ruso avanzado utilizando sobre todo textos económicos.

“Tanto los estudiantes de grado que escriben disertaciones relacionadas con las economías de Corea y de Rusia, como los alumnos que quieren estudiar en Rusia, vienen a mí en busca de ayuda o para hacerme preguntas. Los graduados del departamento de lengua rusa tienen la tasa de empleo más elevada de la HUFS”, asegura, con el rostro radiante de satisfacción.

Su oficina está llena de ornamentos con imágenes de Chejov, Tolstoi, Dostoievski y Pushkin. Afirma que el amor de los coreanos por la literatura rusa es sorprendentemente profundo y asegura que su libro favorito es “Los hermanos Karamazov”.

“Los coreanos se identifican con la literatura rusa porque comparten con los rusos unsentimiento llamado han o tristeza profunda. La literatura americana tiene sus raíces en el optimismo, mientras que la literatura rusa y la coreana se basan en la tristeza”, explica.

La profesora Korgun aludió al kimchi como otra similitud entre ambos pueblos. Después de la cosecha de otoño, los rusos también encurten su repollo y ese producto se usa a menudo para cocinar una intensa sopa llamada shchi.

Korgun se especializó en economía coreana, una especialidad bastante extraña para una persona rusa. Ella estudiaba las economías de Asia oriental y se vio especialmente atraída por la de Corea, un país que había crecido rápidamente gracias a unas políticas orientadas a la exportación. Bajo este enfoque se puso a escribir su tesis de doctorado en la Universidad Estatal de San Petersburgo en 2010.

“El crecimiento y el desarrollo económico de Corea interesan en muchos aspectos. Los economistas coreanos ya han realizado muchos análisis del tema, pero considero que la investigación de los extranjeros es igual de importante. Tiene que haber diferencias entre los puntos de vista interior y exterior”, explica.

La profesora Korgun estudia el papel de la ayuda exterior en el desarrollo económico de Corea, así como la actitud y la respuesta de los coreanos como receptores de ayuda. Su área de interés también abarca la influencia de Japón en el desarrollo económico de Corea. Por ejemplo, los japoneses construyeron ferrocarriles durante su ocupación de la península en la primera mitad del siglo XX, y ella estudia si esto benefició o perjudicó a Corea.

El mismo día de la entrevista, dos días antes de la fecha de entrega, ella estaba dando los últimos toques a la sección sobre Corea de un libro que analiza lainversión directa extranjera en Rusia. La editorial británica Routledge contrató a cinco expertos de cada país para escribir ese libro, que se estima saldrá publicado en noviembre de este año.

Como economista, los métodos de investigación de la profesora Korgun se basan en la observación sociocultural. Esto sitúa a su obra al margen de otros textos rusos basados principalmente en material escrito. Ella observa la economía coreana con las lentes del “lugar” y del “pueblo” mientras lleva a cabo su investigación aquí en Corea, en idioma coreano y rodeada de economistas coreanos.

Korgun viaja en metro para observar a la gente. Ella sonríe por dentro mientras confiesa su hábito de espiar de forma astuta y a escondidas los mensajes de texto de los pasajeros que viajan en el asiento de al lado. Busca pistas para comprender mejor Corea en los mensajes que las personas intercambian con los miembros de su familia, así como en los letreros de las tiendas o en los espacios culturales de los grandes almacenes. De vez en cuando escribe columnas para un diario de Corea. Sus observaciones y experiencias sobre los sentimientos anti-japoneses y actitudes anti-chaebol de los coreanos, así como sus percepciones sobre China y Estados Unidos, el poder del Hallyu (la Ola Coreana) y la cooperación económica entre Corea y Rusia, provienen principalmente de su interacción con las personas que la rodean, pues siempre dispone de recursos para romper el hielo e iniciar una conversación. En la misma línea, nunca ha rechazado una oferta para presidir el concurso de debate sobre lengua rusa que organiza cada año la HUFS.

“Sé que a los coreanos no les gustan mucho los chaebol o grandes conglomerados empresariales”, observa. “Pero me interesa la forma en la que gestionan sus centros comerciales. Hay una pequeña galería de arte en los grandes almacenes Lotte en Myeong-dong. Una se siente privilegiada al ver una exposición allí, por ejemplo, de una muestra de grabados de artistas españoles como Picasso. Los grandes almacenes tienen centros culturales que ofrecen conciertos y clases gratuitas o de bajo coste. Su objetivo final es atraer a más clientes, pero allí he podido observar cierto respeto por las personas. En comparación a cuando llegué por primera vez a Corea, hoy veo más centros comunitarios, bibliotecas y servicios de bienestar para personas discapacitadas y ancianos”.

Su dedicación al estudio de Corea

La profesora Korgun ama la ciudad de Seúl, en especial losfines de semana. “Cuando tomo un café en una cafetería del centrode Seúl durante el fin de semana, me siento como en Moscú oen París. En esta ciudad puedo disfrutar fácilmente del ballet ruso yde otro tipo de espectáculos de orquestas famosas. Cuando viajo entaxi, los taxistas ponen música de Rachmaninov o Tchaikovsky paramí. ¿Cómo podría no estar enamorada de Seúl? ”

Era la noche de Navidad de 2003 cuando ella puso un pie por primeravez en este país para aprender coreano en el Instituto de IdiomaCoreano de la Universidad de Yonsei. Recuerda ese momentocon exactitud: “Era un día precioso. El mundo entero parecíaun árbol de Navidad iluminado. Caminé por el centro de la ciudadmezclándome con la multitud y me compré un helado en BaskinRobbins. Nunca antes había probado uno de esa marca”.

Desde entonces y hasta 2007, regresó al país en cada una desus vacaciones para tomar clases de coreano. En 2007 recibió unabeca de investigación de la Fundación Corea y vivió aquí durante unaño mientras preparaba su tesis de doctorado. En la época en laque recibió su título, encontró una oferta de trabajo del Instituto deEstudios Rusos de la Universidad Hankuk de Estudios Extranjeros,que buscaba dos profesores investigadores: un estadounidense yun ruso. En 2011 optó al puesto y fue seleccionada.

“La lengua rusa tiene una estructura gramatical frontalmenteopuesta a la del coreano. En coreano, el verbo va al final. Tuve quecambiar por completo las reglas lingüísticas de mi cabeza y empezardesde la gramática básica. Los honoríficos fueron la parte másdifícil”, reconoce.

Ahora que posee un alto nivel de coreano, añade: “Creo que fuicapaz de aprender mejor el coreano porque aquí no había otrosrusos para hablar. También me tuve que acostumbrar al sofisticadolenguaje de los investigadores coreanos”.

Una economista enamorada de la pintura popular

En su tiempo libre, la profesora Korguntoma clases de pintura tradicional popularcoreana. Recientemente participó enuna exposición con cinco de sus obras.

Tanto el padre como la madre de Korgun eran arquitectos. Fueuna brillante alumna que amaba el arte, la música y el ballet. Sevolcó en sus estudios de escuela secundaria y bachillerato, ademásde recibir clases particulares. Ahora su inglés es un poco mejor quesu coreano y también está aprendiendo chino.

Se define como una persona en constante movimiento: “Para míes muy importante poder ir a diferentes lugares. Dar un paseo, viajar,montar en avión… esa soy yo”.

Korgun vive en Corea desde hace ocho años. Pasó cuatro mesesen Japón y siete en Reino Unido como investigadora; y afirma quesu “destino nómada” está escrito en su saju, nombre que se da alos “cuatro pilares del destino” a los que alude la adivinación tradicionalcoreana.

Tras optar a un puesto de investigación en París y Londres en2013 fue a buscar a un adivino. Buscó a uno famoso y éste le dijo quesu destino era “vivir como el agua que fluye” y transitar de un lugar aotro durante toda su vida. También le aseguró que la economía encajababien con su personalidad. “No podría estar más de acuerdo.Cuanto más estudio, más me interesa la economía”, explica.Para Korgun uno de los placeres de la vida en Corea es la pinturapopular. Le encantan los motivos tradicionales, como la grulla yla flor de loto. Probablemente gracias a la influencia de sus padressobre la arquitectura, desde muy joven desarrolló un gran interéspor el color. Ha asistido a clases de pintura tradicional coreana enGangnam. Ha producido cinco grandes obras y ha llegado a protagonizaruna exposición. Una de sus pinturas fue enmarcada yenviada a su asesor en la Universidad Estatal de San Petersburgo;y también mandó cuadros a su madre y a su hermana. Otro permanececolgado en su casa en Seúl.

Me cité con la profesora Korgun el 5 de marzo, tres días antesdel Día Internacional de la Mujer, y me comentó que la forma decelebrar el Día Mundial de la Mujer distingue a las naciones capitalistasde las socialistas.

En otras palabras, las sociedades socialistastienden a dar mucha importancia a este día, mientras que lassociedades capitalistas no. Me mostró algunos mensajes de felicitaciónque había recibido por la mañana desde Rusia, y me dijo:“Soy feliz de haber nacido mujer”.

“Desde la Revolución casi no hay mujeres rusas que se quedentrabajando en el hogar como amas de casa a tiempo completo”.La profesora Korgun cree que las mujeres coreanas tienen unestatus social inferior a sus homólogas rusas. Sonriendo, señalaque "casi todos los asistentes en la mayoría de las conferenciasacadémicas son hombres”.

“Cuando tomo un café en una cafetería del centro de Seúl durante el fin de semana, me siento comoen Moscú o en París. En esta ciudad puedo disfrutar fácilmente del ballet ruso y de otro tipo deespectáculos de orquestas famosas. Cuando viajo en taxi, los taxistas ponen música de Rachmaninov oTchaikovsky para mí. ¿Cómo podría no estar enamorada de Seúl? ”

Al ser una cercana observadora de la cooperación económicaentre Corea y Rusia que aún mantiene la perspectiva de investigadora,le pregunté su opinión sobre la viabilidad de construirun gasoducto transiberiano entre ambos países; pero se mostróescéptica al respecto: “Honestamente, creo que el comercio mutuodebe alejarse del gas, y enfocarse en la construcción y la medicina”.No sin antes advertir que "existen muy pocas posibilidades”,comenta que un día desearía trabajar como especialista en economíacoreana en una organización internacional como la ONU, laOCDE o la UNCTAD. Después se ríe y plantea el siguiente interrogante:“Hay muchos expertos en economía coreana que son coreanos.Pero… ¿Cuántas probabilidades hay de que contraten a unaacadémica rusa como experta en economía coreana?”

Kim Hyun-sook Escritora independiente; directora de K-Movie Love
Ahn Hong-beomFotógrafo

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